El Gobierno tiene margen fiscal para que las subas de las boletas sean acotadas y reducir al mismo tiempo el déficit, pero un congelamiento elevaría en un punto porcentual las transferencias del Estado.

El Gobierno definirá en las próximas tres semanas los aumentos de las tarifas energéticas (gas y electricidad) y también mostrará el rumbo fiscal que se le imprimirá a la política energética.

Lejos de cumplir la meta del ministro de Economía, Martín Guzmán, de que los subsidios se mantengan constantes en relación al Producto Bruto Interno (PBI), tal cual lo estipula el Presupuesto 2021, las transferencias del Esta

Todo apunta a que el precio del gas que se traslada a las tarifas seguirá congelado en pesos, así como el precio mayorista de la energía eléctrica, y que los aumentos de las tarifas obedecerán únicamente a recomponer ingresos de las empresas reguladas.

De esa forma, el gasto en subsidios crecería desde 1,7% del PBI a entre 2,5% y 2,8%, según la magnitud de los incrementos que se decidirán en los últimos días de marzo, para aplicar desde el 1 de abril.

La Secretaría de Energía preparó la semana pasada un informe en donde blanquean que continuar subsidiando el 60% del costo del gas en boca de pozo (que se remunera a las petroleras) demandaría $ 132.963 millones, o sea una partida adicional de $ 56.087 millones a lo ya presupuestado.

Para Joaquín Waldman, economista de la consultora Ecolatina, “considerando la suba de tarifas a los grandes usuarios del sistema eléctrico que ya se implementó y que habría algún aumento para los hogares, esperamos que los subsidios se vayan a alrededor de 2,5% del PBI“.

“Sin las alzas mencionadas, podría ampliarse a 2,8%, o sea entre $ 1 billón y $1,15 billón, con nuestra proyección de PBI nominal”.

Si el denominador creciera -es decir, que la actividad económica tenga un salto más positivo aún-, “ese gasto podría licuarse un poco como porcentaje del producto, pero también habría una mayor demanda residencial, comercial y de industrias”, agregó Waldman.

De acuerdo a las estimaciones de Ecolatina, el rojo primario de las cuentas públicas nacionales de 2021 llegará a 4,2% del PBI y el financiero -sumando intereses- a 6,4%, con 3 puntos de subsidios (2,5% a la energía y 0,5% al transporte y otros).

“Si se dispararan por encima de eso, el financiamiento del déficit complicaría mucho otros objetivos del Gobierno, como la calma cambiaria”, advierten.

Asimismo, un reporte de Analytica de febrero sugiere un escenario donde “de respetar la aritmética presupuestaria, el Gobierno tendría cierto margen para incrementar los subsidios económicos y moderar así los aumentos de tarifas“.

“Los subsidios pueden crecer hasta 0,2% del PIB, alcanzando 2,8 puntos del producto, 1,3% del PIB más que en 2019”, consideraron los economistas Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez.

Ese panorama, trazado con un supuesto de subas de 20% en las tarifas (“ni el 10% que dice el Instituto Patria ni el 30% de Guzmán”, aclaran), le permitiría al Tesoro acceder a un déficit primario de 2,6%, si se complementa con otras acciones como la eliminación total del “gasto Covid” y efectos de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria.

En el primer bimestre del año, Economía no le pidió asistencia monetaria al Banco Central y hasta tuvo superávit primario en enero.

Fuente:https://www.cronista.com/economia-politica/los-subsidios-a-la-energia-alcanzarian-2-8-del-pbi-con-las-tarifas-congeladas/