La substitución de la producción nacional tiene un costo, que para algunos puede resultar inadmisible (al recordar épocas de autoabastecimiento y exportación), y para otros tolerable, dependiendo los precios que se consigan en el mercado internacional. Lo único cierto es que más allá de la situación nacional, la oferta debe poder satisfacer la demanda, y para ello, el Estado ha incurrido en un gasto. El seguimiento de este gasto es sumamente importante para las estrategias de abastecimiento que se puedan cotejar como país.

A partir del año 2011 se ve un salto brutal en la proporción de productos importados frente al total de la oferta, pasando de 9% al 16%. Desde ese año, esa proporción ha continuado su escalada: 21 % en 2012 y 26% en 2013; luego se estabiliza en el orden del 25%. A su vez, este crecimiento estuvo acompañado por altos precios del GNL y gas de Bolivia, que culminó con un déficit de 5000 MMUSD para el 2014. Luego, gracias a la baja del precio del crudo, a partir del 2014, pero sobretodo en el 2015, los precios se relajan y permiten revertir la tendencia creciente de las erogaciones. En el 2016, los precios tocaron un mínimo- directamente relacionado al precio del barril- lo que permitió reducir significativamente el déficit. Para el año corriente, los mismos han aumentado promedio de 16% entre los 3 productos, aunque el aumento de los precios de venta logró que la situación actual no sea tan dramática como años anteriores.

A continuación mostramos la evolución de los precios promedio del gas importado por producto:

 

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En el siguiente gráfico mostramos la evolución del déficit de ENARSA generado por la compra de gas importado:

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Para generar el gráfico anterior se han tomado los volúmenes importados con los precios antes expuestos y se ha contrastado ese dato versus los subsidios otorgados por el Estado Nacional a ENARSA según ASAP-“INFORME DE EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA NACIONAL”. La conversión a MMUSD se realizó con los tipo de cambio promedio informados por el BCRA.

Como podemos ver, las barras verticales componen los costos de importación, mientras que el déficit se genera debido a que los precios de venta a los usuarios no logra recomponer dicho gasto.  De todas maneras, es considerable el esfuerzo que se ha realizado por achicar este concepto, que, es menester remarcar, fue enormemente beneficiado por la baja de los precios internacionales.