Otro concepto fundamental cuando se estudia el esfuerzo que realiza un país para sostener la oferta gasífera, responsable de la recuperación de la producción nacional del 2013, es el plan gas que finaliza este año.

Tanto su primera como segunda versión tuvieron como misión garantizar a los productores locales precios de U$S 7,5 por millón de BTU, subsidiando las brechas entre este valor y los precios de mercado.

A continuación la evolución de los subsidios del plan gas I y II:

 

 

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Para realizar el gráfico se ha consultado a ASAP-“INFORME DE EJECUCIÓN PRESUPUESTARIA DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA NACIONAL” en el rubro PLAN GAS.

Debe tenerse en cuenta que en el 2016 están contabilizados una serie de gastos que corresponden al Ejercicio 2015, por deudas que no fueron imputadas en aquel ejercicio. Más allá de este elemento, uno de los principales factores que contribuyó a reactivar la dinámica de los subsidios energéticos estuvo dado por la interrupción de los aumentos en los cuadros tarifarios de los servicios públicos, dispuestos en el mes de marzo de 2016; y la devaluación monetaria llevada a cabo en diciembre del año 2015.

Para el 2017 hay que destacar que para los 7 meses que conlleva el año, el Estado ha destinado 17.700 millones de pesos versus 2.000 millones en el mismo período del año anterior. Esto es alarmante ya que ante tremenda ejecución no se explica qué señal necesita el sector productivo para estimular la actividad. Si bien algunos rumores del mercado argumentan que la discontinuación de este plan de subsidios para el 2018 es parcialmente responsable de la merma productiva, existiendo un sendero de precios a 2019 para los usuarios que culmina en 6.80 USD/MMBTU, la situación actual resulta difícil de explicar.