Carlos Morales, mano derecha del secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, arribó el viernes pasado a las oficinas de Cammesa en el barrio de Retiro cerca del mediodía. Se acreditó en la recepción como apoderado legal de Jorge Garavaglia, gerente general de la compañía mixta que se encarga del despacho de electricidad, otra persona de confianza del titular de la cartera energética. Acto seguido se dirigió a una de las salas principales de la empresa y pidió a las secretarias de la Gerencia General que convoquen a Jorge Ruisoto, histórico gerente de Normativa y Auditoría Interna de Cammesa. La conversación que se sucedió después quedará en los anales más bizarros y desprolijos de la organización. Sin mayores preámbulos, Morales, un abogado que a fines del gobierno de Alberto Fernández estaba contratado en el Enargas (en área de GLP que dirigía Héctor Maya) y mantiene una relación de amistad con Rodríguez Chirillo (cursaron juntos en la facultad de Derecho de la UBA), conminó a Ruisoto a firmar un acuerdo de desvinculación de Cammesa de cumplimiento inmediato. Es decir, quiso forzar su renuncia para evitar la burocracia administrativa que implica cesantear a un profesional de línea de la empresa que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM).

Fue la misma estrategia que utilizó Morales a fines de febrero para despedir a Luciano Condó, ex gerente de Contratos, y a otros 10 directivos de Cammesa. Esta vez, sin embargo, el resultado fue distinto. Ruisoto, un experimentado directivo de la empresa eléctrica, escuchó el planteo de Morales, pero antes de querer conocer los motivos de su decisión le pidió la documentación notarial que acreditase su condición de apoderado de Cammesa o de Garavaglia a título personal. El letrado no pudo hacerlo. En algún punto, Morales está flojo de papeles, dado que no tiene nombramiento alguno en el Poder Ejecutivo. Eso no impide que tenga acceso a las oficinas del Palacio de Hacienda y se mueva en el área como virtual jefe de Gabinete y persona de mayor confianza de Rodríguez Chirillo. Consultado sobre lo ocurrido por EconoJournal, el secretario de Energía negó que Morales desempeñe ese cargo. “Carlos Morales representó a la Gerencia General de Cammesa en ese acto y no fue un intento de desvinculación”, respondió el funcionario, aunque cinco fuentes consultadas por EconoJournal ratificaron que el intento de Morales para forzar la desvinculación de Ruisoto existió.

Carlos Morales y Eduardo Rodríguez Chirillo.

El 80% de las acciones de Cammesa están en poder de las asociaciones que agrupan a los distintos agentes del mercado mayorista eléctrico (Ageera, Adeera, Ateera y Agueera) y solo el 20% restante lo controla el Estado Nacional a través de la Secretaría de Energía. Esa estructura accionaria facilita que la información sobre lo que ocurre adentro de la empresa circule muy rápido entre los actores del sector privado. La intimidación que llevó adelante Morales llegó rápidamente al directorio donde quedaron perplejos por el accionar de este delegado de Rodríguez Chirillo.

De hecho, Jorge Garavaglia tuvo que dar explicaciones ante el directorio el martes pasado por este hecho atípico. No fue un encuentro formal porque no asistió Diego Aduriz, representante del Estado Nacional, ni ningún delegado de la Secretaría de Energía, pero informalmente se conversó sobre lo ocurrido. EconoJournal intentó comunicarse telefónicamente con Ruisoto, pero el directivo no atendió los llamados

Intimidación y amenazas

El accionar de Morales fue bastante violento y no derivó en la salida de Ruisoto, solo por el ejecutivo resistió la embestida y le exigió al abogado de Rodríguez Chirillo que mostrara la supuesta documentación que lo acreditaba como apoderado. Además, hay que tener en cuenta que el estatuto de Cammesa establece muy claramente que para desplazar a un gerente el órgano que tiene que votar eso es el directorio donde hay un 80% de representación privada.

La reunión fue muy tensa porque Morales le explicitó a Ruisoto que si no firmaba el acuerdo de desvinculación voluntaria lo iban a despedir con causa. Cuando el gerente pidió precisiones sobre cuáles eran esas supuestas causas, Morales le dijo que habían llevado adelante una auditoría y detectaron irregularidades con la importación de gas de Brasil que lo comprometían. Ruisoto insistió sobre el tema y pidió saber quién había llevado adelante esa supuesta auditoría, pero no obtuvo respuesta.

Lo que todavía no está del todo claro es qué motivó a Morales a actuar de este modo. Una fuente del sector privado aseguró a EconoJournal que Rodríguez Chirillo estaba al tanto de la jugada destinada a nombrar a Mario Cairella como vicepresidente de la compañía, luego de que Luis Caputo y Nicolás Posse vetaran a su candidato, y se enteró que si Cairella desembarcaba en Cammesa Ruisoto iba a ser nombrado gerente general en reemplazo de Garavaglia. Por eso se movió rápido para tratar de echar a Ruisoto y abortar ese plan antes de la asamblea prevista para este jueves 2 de mayo.

Fuentes oficiales aseguraron a EconoJournal que Rodríguez Chirillo logró finalmente bloquear la designación de Cairella, pero todavía no está definido quién será el nuevo vicepresidente de la compañía ni tampoco si Garavaglia seguirá como gerente general.

, Nicolas Gandini