Es una paradoja, pero también una imagen de la realidad argentina. El país tiene una de las reservas de gas más grandes del mundo, de la que se podría abastecer la demanda por cerca de 500 años en Vaca Muerta. Pero este invierno no habrá gas suficiente para producir, para calefaccionarse y tampoco para producir energía. Frío y apagones: ese es el máximo temor del Gobierno nacional, que aún no tiene plan para superar la contingencia, así como no hubo antes planes estructurales para aprovechar los recursos.
Si se pensaba que una guerra del otro lado del mundo, como ocurre con la invasión de Rusia a Ucrania, no iba a tener impacto en el país, pues el rigor del conflicto ya está acá. Y en vez de aprovechar la oportunidad que hay para “vender” energía al mundo, se sufrirán las consecuencias de no ser autosuficientes: el precio del gas importado demandará una cantidad de dólares que Argentina no tiene y la producción local no alcanzará, aún a pesar de las “riquezas” guardadas. Por eso, el ministro de Economía Martín Guzmán busca alternativas en Estados Unidos. La guerra hizo crecer el valor del millón de BTU a valores impagables para la Argentina de hoy.
Argentina tiene reservas, pero eso no implica tener disponibilidad de uso. Para aprovecharlas hace falta inversión en explotación y, sobre todo, en transporte, almacenamiento y distribución. El gas natural no se puede “almacenar” de manera sencilla y las inversiones necesarias no se ejecutaron. Por eso hay una enorme “caja de ahorro” sin usar. El país no tiene infraestructura para “almacenar” gas natural en los períodos de baja demanda y precios caídos para usarlos en invierno. Por eso compra caro en el peor momento. Otra curiosidad: del otro lado de la cordillera, en Chile, ejecutaron un plan para dejar de depender del gas argentino y sí construyeron plantas regasificadoras y de almacenamiento. Ese país ha mejorado su estrategia a pesar de no tener producción propia.
Los cálculos groseros mencionan que para pagar (en efectivo, como se hace) el gas importado (que llega en barcos y se inyecta) y por subsidios para sostener las tarifas de toda la cadena de valor, el país necesitaría cerca de 15 mil millones de dólares para pasar el invierno. No solo es mucho, sino que el dinero no está.
La industria sufrirá las consecuencias, pues las empresas que tengan contratos con posibilidad de corte no podrán producir cuando aumente la demanda de gas. Pero hay otro problema más grave. En Argentina la falta de gas o combustibles genera apagones: a pesar de lo que se cree, la mitad de la generación eléctrica depende de hidrocarburos. El gas se usa como combustible principal en las centrales térmicas. Algunas de ellas puede usar alternativamente fuel oil, que es más caro y sucio. Como sea, el panorama es desolador. Un dato más: el cambio climático no ayuda, pues las represas de todo el país tienen pronósticos negativos de generación por la falta de agua en sus embalses.
FuentE: https://www.mdzol.com/politica/2022/3/12/apagones-frio-el-sombrio-invierno-que-puede-tener-argentina-por-la-falta-de-gas-dolares-228075.html