La Unión Europea (UE) y la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) firmaron un Memorandum de Entendimiento que contempla el ingreso de la UE como Observador Permanente en OLADE.

El acuerdo fue suscrito por el Secretario Ejecutivo de OLADE, Andrés Rebolledo Smitmans, y el Comisiario de Energía de la UE, Dan Jørgensen, y tiene el objetivo de fomentar la cooperación bilateral y el intercambio de conocimientos en materia energética en América Latina, el Caribe y la Unión Europea a nivel técnico y de mejores prácticas en el diseño de programas y proyectos.

La condición de observador de la UE contempla una participación en los órganos de gobernanza de OLADE e instancias técnicas de trabajo, lo que facilitará el desarrollo de proyectos de innovación tecnológica, y de políticas públicas tomando en cuenta el papel estratégico de la energía y su impacto en el desarrollo socioeconómico, el cambio climático, la industrialización y la mejora del índice de desarrollo humano de ambas regiones.

De acuerdo con Estudio realizado por OLADE, el comercio bilateral entre la UE y América Latina-Caribe en el sector energético ha mostrado un crecimiento constante, aumentando de U$S 10.887 millones en 2020 a U$S 35.707 millones en 2023.

América Latina y el Caribe tiene una balanza comercial energética superavitaria con la UE, con exportaciones que triplican sus importaciones desde Europa, en un marco que favorece la transferencia tecnológica, la inversión en energías limpias y la resiliencia económica ante la crisis climática.

ALC ha avanzado en la transformación de su sector energético, pero aun enfrenta desafíos vinculados al cambio climático, tales como eventos climáticos extremos, presiones sobre la infraestructura energética y la necesidad urgente de diversificar una matriz energética primaria que aún depende en gran medida de hidrocarburos y energía hidroeléctrica.

En este contexto, la UE tiene un rol importante, pues desde hace ya una década, la inversión extranjera directa (IED) en América Latina en proyectos renovables ha superado la de los hidrocarburos y hoy las empresas europeas son responsables del alrededor del 70 % de la IED en energías renovables.

Andrés Rebolledo, consideró que “la inclusión de la Unión Europea como observador resulta especialmente oportuna, pues existen interesantes coincidencias entre ambas regiones en materia energética, con desafíos comunes en torno a la seguridad, la eficiencia y la integración, así como en la ineludible transición hacia energías renovables como respuesta a la crisis medioambiental y el deterioro de los ecosistemas”.

Por su parte, Dan Jørgensen destacó que “La UE y América Latina y el Caribe fortalecen su alianza para impulsar las transiciones verde y digital. El memorando firmado integra esfuerzos energéticos regionales y refuerza la cooperación técnica. Ambas regiones avanzan hacia una transición energética limpia y sostenible. El acuerdo apoya metas compartidas: triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética al 2030”.