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Qué es el hidrógeno verde, la energía que se puede hacer acá y que tienta a Europa

En la carrera para reducir el impacto ambiental, las energías renovables ocupan un lugar preponderante. Siemens Energy, la empresa independiente que desde hace un año concentra todos los activos del negocio energético del gigante alemán -tras el spin off de la matriz Siemens-, es una de las protagonistas de ese proceso. Pero la apuesta hoy no pasa solo por la infraestructura de turbinas eólicas, donde la compañía pisa fuerte en el nivel global: los planes para llegar a la neutralidad en las emisiones de carbono incluyen un impulso al hidrógeno verde y los combustibles ecológicos o e-combustibles.

APERTURA participó junto a periodistas de la región de una rueda de prensa virtual con Tim Holt, miembro del Managing Board de Siemens Energy para América latina, quien se refirió a la transformación energética en el continente y detalló las iniciativas que está llevando adelante la compañía.

“La región tiene grandes oportunidades en materia de transición energética. Hay muchos proyectos interesantes en ejecución”, dijo Holt y mencionó el caso del hidrógeno verde en Chile y el proyecto bautizado Haru Oni en el sur del país trasandino, donde la compañía está implementando la primera planta integrada de producción de combustible ecológico a partir del viento y el agua. Para el ejecutivo, es preciso dar un paso en la evolución de combustibles fósiles a e-combustibles y acelerar el ritmo de innovación en la infraestructura eléctrica de la región para que sea sustentable y eficiente. El hidrógeno puede usarse no solo para procesos químicos sino también para transporte y generación energética, planteó.

En la región de Magallanes, al extremo sur de Chile, el proyecto piloto de Siemens Energy junto a otras empresas energéticas generará metanol sintético -base de combustibles ecológicos cero emisiones- a partir del hidrógeno verde producido, inicialmente, con energía eólica obtenida de los fuertes vientos de la zona. El objetivo es exportar a Europa ese combustible ecológico, explicó el ejecutivo.

El transporte juega un rol central en la reducción de la huella de carbono y es una de las preocupaciones en las que puso el foco la Unión Europea en la ruta hacia la descarbonización (el bloque fijó la meta de ser carbono neutro en 2050). Según datos de Siemens, los sectores del transporte y la industria son responsables del 45 por ciento de las emisiones mundiales de carbono y las fuentes de energía renovable en esos sectores solo lograron reducir ese registro en menos del 8 por ciento. En la visión de la compañía, los combustibles generados a partir del hidrógeno serán una respuesta para alcanzar los estándares de cero emisiones, junto con la electrificación.

Siemens Energy impulsará la aplicación de hidrógeno verde como combustible en otras pruebas piloto en Colombia -en transporte en la ciudad de Bogotá- y en México, mencionó el ejecutivo durante la rueda de prensa. “Colombia, Chile, México, Brasil, la Argentina tienen los recursos naturales para producir hidrógeno verde. Y podrían exportarlo eventualmente. Puede darse un caso como el del LNG (gas natural licuado), que se volvió un commodity global competitivo y pudo ser transportado cuando bajó el costo de producción. El hidrógeno verde para Latam podría estar en esa situación similar”, dijo. “Europa no tiene todos los recursos para producir el hidrógeno verde que necesita consumir”, agregó.

Respecto de la Argentina, Holt destacó la oportunidad de la energía renovable y mencionó que existe terreno para ganar eficiencia energética en la matriz actual. “Tenemos grandes clientes, una larga trayectoria en el país y una participación de mercado muy importante en la generación energética tradicional. Respecto de las energías renovables, creo que están avanzando de manera un poco lenta. En hidrógeno, no vemos la misma actividad que en Chile, Colombia o México en la discusión de proyectos piloto. Creemos que hay una oportunidad en la electrificación de la exploración de gas en la explotación de shale. Y en proyectos de energía eólica”, señaló.

 

El ejecutivo se refirió además al centro de aplicaciones de Siemens Energy que funciona en la operación local. “Tenemos un gran grupo de digitalización, que trabaja para toda el área Latam. Está trabajando con los clientes existentes para optimizar sus planes de operaciones, para ser más flexibles y eficientes”, dijo.

Fuente: https://www.cronista.com/apertura-negocio/empresas/que-es-el-hidrogeno-verde-la-energia-que-se-puede-hacer-aca-y-que-tienta-a-europa/

 

 

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Basualdo se reunió con la Cámara Argentina de Energías Renovables

El subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, recibió el viernes pasado al presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), Santiago Sajaroff; a su vicepresidente, Favio Jeambeaut; y a su Director Ejecutivo, Juan Manuel Alfonsín.

En la audiencia se conversaron propuestas de trabajo conjunto para profundizar el crecimiento sostenido que vienen registrando las energías renovables en Argentina. En particular, se trataron aspectos vinculados al plan de ampliación del transporte eléctrico en alta tensión, programas para el desarrollo de proyectos de energías renovables, situaciones coyunturales que afectan el desarrollo del sector, y eficiencia energética, entre otros.

“Fue una reunión muy positiva en la que pudimos presentar nuestro plan de gestión 2021, plantear los desafíos que presenta el sector, así como conocer la visión del Subsecretario sobre temas que involucran a nuestra actividad”, sostuvo el titular de la cámara de representación empresarial, quien valoró la instancia de diálogo y predisposición del funcionario.

Las autoridades de CADER invitaron al subsecretario acompañar la iniciativa “Diálogo Federal por una Argentina Renovable”, conformada en 2020 con representantes del gobierno nacional, de las Provincias y de los comités de trabajo de la Cámara, para fomentar consensos respecto a la incorporación de energías renovables en todo el país, tanto de grandes centrales como de la generación distribuida.

“Estamos muy satisfechos con la reunión. Consideramos de la mayor importancia aportar desde el Estado al desarrollo estratégico de las energías renovables en el país y apostamos al continuado incremento de su contribución en la matriz energética nacional”, destacó Federico Basualdo.

“Agradecemos al subsecretario de Energía por la predisposición que manifestó para trabajar en conjunto con CADER. Vamos a acompañar a las autoridades en todas las gestiones que aseguren la expansión de la generación renovable en el país”, expresó Santiago Sajaroff.

 

 

Fuente: https://www.argentina.gob.ar/noticias/basualdo-se-reunio-con-la-camara-argentina-de-energias-renovables

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Argentina da el salto a las renovables

El mega yacimiento de petróleo y gas no convencional de Vaca Muerta, en la Patagonia argentina, no es la única carta energética del país sudamericano para recuperar el “autoabastecimiento”, un anhelo del que se habla desde hace al menos una década. Los fuertes vientos de las provincias de sur y el sol de las del norte, hasta ahora muy desaprovechados, han entrado rápidamente en el mapa de los recursos a explotar.

Las inversiones de 2017 fueron solo los primeros resultados del Renovar, un programa de licitaciones públicas lanzado en 2016 por el que se han adjudicado 147 proyectos de energías renovables que suman 4.466 MW, equivalentes a la electricidad que demandan 4,5 millones de hogares. Fueron tres rondas de subastas que representan inversiones por unos 7.000 millones de dólares a ejecutarse antes de 2020. Una nueva tanda de licitaciones, informan en el Ministerio de Energía y Minas, la cartera a cargo del programa, está en preparación para lanzarse durante la segunda mitad de este año.

La primera campanada para que los inversores miraran al país en 2016 fue la reglamentación de una nueva ley de energías renovables sancionada el año anterior. La nueva norma fijó la meta de un 20% de generación limpia para 2025 y estableció penalizaciones para los grandes usuarios (generalmente empresas industriales) que no cumplan con determinados porcentajes de consumo de fuentes no convencionales, con exigencias crecientes a partir de 2018. “La ley fue un gran paso y las licitaciones del Renovar fueron otra buena señal porque estaban bien organizadas, con muchos detalles en sus reglas”, afirma Ana Verena, analista de los mercados sudamericanos de habla hispana del BNEF, desde sus oficinas de São Paulo.

El cambio en el rumbo político y económico del país de fines de 2015 fue clave. “La ley por sí misma no hubiera tenido ningún impacto en 2014. En años anteriores hubo licitaciones con unos precios elevadísimos que no se llevaron a cabo porque la financiación no era viable en Argentina”, afirma Mariano Lamothe, especialista en temas energéticos de la consultora Abeceb. El regreso de Argentina a los mercados financieros internacionales y las medidas tomadas para normalizar un mercado energético que acumulaba años de fuerte intervencionismo estatal fueron determinantes para que las subastas del último programa sedujeran a las empresas.

Aunque el acceso al crédito sigue siendo el gran desafío, las condiciones han mejorado a lo largo de los últimos dos años. “La primera ronda del Renovar tuvo los precios más altos. El descenso de los valores que se vio en las siguientes etapas muestra una confianza creciente de los inversores”, afirma la analista de Bloomberg. Muchos de los proyectos, explica, van a ser financiados mediante emisiones de bonos de las empresas, ya que el formato más habitual en el sector, la financiación de proyectos (project finance), todavía es difícil de lograr en el país, salvo con la participación bancos de desarrollo. “Nuestra proyección es que con el tiempo va a ser mucho más fácil que los bancos comerciales también presten dinero”, afirma.

Los vientos dieron el mayor impulso. Los parques de aerogeneradores de Argentina hoy tienen una capacidad de apenas 220 MW pero, de concretarse todos los proyectos, esa potencia se multiplicará más de 10 veces. “Son casi 2.500 MW adjudicados, que representan el 55% de la potencia que sumará el Renovar y unos 4.000 millones de dólares a ejecutarse dentro de los próximos dos años”, afirma Alfredo Bernardi, presidente de la Cámara Argentina Eólica, creada en febrero, y gerente de Relaciones Institucionales de la energética argentina Genneia.

El sol siempre está

Los 41 proyectos de energía solar, concentrados en el centro y noroeste del país, suman una potencia de 1.732 MW. A diferencia de la energía eólica, donde todas las empresas ganadoras de las licitaciones fueron locales, muchas de las iniciativas de generación solar quedaron en manos de jugadores internacionales, como la portuguesa Martifer (100 MW), la francesa Neoen (100 MW) y la china Jinko (80MW). La más importante, sin embargo, corresponde a una firma estatal de la provincia de Jujuy, que en 2017 comenzó a construir el parque solar Cauchari, que sumará 300 MW. “Se presentaron empresas argentinas e internacionales a las distintas rondas, pero la mayoría de los ganadores fueron locales porque eran más competitivos. No veían tanto riesgo como los internacionales y exigían otros retornos”, explica Verena.

También hay movimientos fuera del programa estatal. La nueva ley habilitó a los grandes usuarios a firmar contratos para la compra directa de energía a las compañías generadoras, una modalidad hasta entonces prohibida. La cementera Loma Negra y Genneia, líder en el sector eólico, inauguraron el nuevo sistema con un convenio a 20 años. “En tan solo un trimestre hemos recibido casi 50 solicitudes de inscripción de proyectos por 2,5 GW de potencia a instalar”, informan en el Ministerio de Energía.

Fuente: https://elpais.com/economia/2018/03/14/actualidad/1521032083_205236.html

 

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Energías Renovables

Pareciera ser que en Argentina las energías renovables comenzaron en el 2015, cuando el gobierno determinó por ley que todo el país debía consumir un porcentaje de energías renovables. Hasta entonces, la historia de las energías renovables era reducida, debido a los pobres esquemas de estímulo. Sin embargo, el gobierno ha encontrado un sistema que atrajo a inversores a lo largo y a lo ancho del país. En esta sección nos dedicaremos a conocer un poco más de la situación actual y las perspectivas a futuro de este nuevo mercado que comienza.

La ley

¿Qué es lo que exige la ley? Esa es la pregunta principal para entender porque en todos los diarios se habla de energías renovables en Argentina. La ley ha establecido que todos los usuarios deben consumir un porcentaje mínimo de energías renovables. Este porcentaje se incrementa a lo largo de los años hasta culminar con un 20% en el 2025. A continuación vemos la escala:

 

 

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Ahora bien, la obligación está entendida, pero ¿cómo se cumple? Los usuarios se dividen en dos grandes grupos: los obligados individualmente y los que no. La diferencia está en que los obligados individualmente cumplen con una característica: son usuarios con un consumo de potencia igual o superior a 300 KW promedio año. Esto se calcula fácilmente: se toma toda la energía del usuario consumida en el año y se divide por 8760 (horas del año); si la relación es mayor o igual a 300, entonces está obligado individualmente. Este universo de usuarios debe decidir cómo abastecerse: puede comprarle la energía renovable al Estado, a través de CAMMESA; puede comprarle a un generador privado; o puede realizar su propio proyecto y convertirse en auto generador. Por otra parte, los no obligados individualmente (con un consumo de potencia inferior a 300 KW promedio año) van a consumir energías renovables sin tener que realizar ningún tipo de gestión: el Estado, a través de CAMMESA, se encargará de que cumplan con los porcentajes mínimos de consumo. Cabe destacar que si bien se establecen porcentajes mínimos, no se establecen los máximos, lo que significa que un usuario puede consumir el 100% de renovables.

¿Y qué sucede si no cumplo? Este es un escenario que no existe para los usuarios no obligados individualmente, pero para los obligados es fundamental. Si el obligado no cumple con los porcentajes mínimos de abastecimiento, deberá abonar una penalidad económica por la energía que falte para alcanzar la meta. Ahora bien, esto sólo sucede si le compro energía a un privado (y no cumple) o me autogenero (y falla mi proyecto); si le compro a CAMMESA, no importa la cantidad de energía que esta entidad entregue, no tendré penalidad, la única obligación es del pago.  Sin embargo, analizaremos con detenimiento las alternativas más adelante.

 

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Demanda de Gas Natural

Por lo general, lo que define el comportamiento de la demanda de gas natural en un año es el invierno, ya que debido a la legislación vigente y, sobre todo, a la disponibilidad limitada de este combustible, el consumo del sector prioritario (mayoritariamente residencial) restringe la cantidad de fluido sobrante para la industria y la generación eléctrica. Por ende, cuanto más frio sea un año, el residencial consume más gas para calefaccionar, y el resto de los segmentos debe recurrir a combustibles alternativos para continuar con sus operaciones.

Ante el escenario antes descripto, el 2014 y el 2015 fueron años con temperaturas invernales templadas, lo que generó un sobrante de gas atípico para la industria y generación. Sin embargo, en el 2016, esta situación se revierte en cuestiones de temperatura, aunque dicho impacto no fue dramático al considerar la abundante disponibilidad de gas natural (recordar que fue el año récord de producción nacional desde la recuperación del 2013).

En lo que va del 2017, las temperaturas han ayudado mucho a sobrellevar la merma de disponibilidad nacional, por lo que la demanda del sector industrial y generación casi que no han sufrido limitaciones de consumo.

A continuación podemos ver la evolución de la demanda agrupada, con un crecimiento casi ininterrumpido desde el 2011, a una tasa promedio de 2%. A la derecha se puede ver el comportamiento de la oferta, responsable de este mayor consumo, ya que a medida que hay más disponibilidad de gas, se desplazan combustibles alternativos más costosos como gas oil o fuel oil. Este año, sin embargo, existe una menor demanda de gas natural que acompaña una menor disponibilidad general del sistema:

 

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Registro y Acceso Inmediato

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Importante Renovables: Empezaron las Compras Conjuntas de CAMMESA

En el mes de septiembre, posterior a la publicación en el boletín oficial del reglamentación de energías renovables, CAMMESA comenzó a facturar la energía renovable producida por aquellos proyectos inscriptos en las rondas RENOVAR.

¿Qué significa esto?

Que aquellos usuarios del MEM cuya potencia media anual del 2016 supere los a 300 KW, van a recibir, en la factura de CAMMESA o del distribuidor, un concepto en el que se les facturará la energía renovable producida por los generadores del RENOVAR. Para los GUMA está discriminado como “sobrecosto compras conjuntas”, para los GUME, está incluido en los “Cargos Adicionales”, y para los GUDI, todavía desconocemos como los facturará cada Distribuidora.

Adjuntamos listado de GUH para que comprueben si su empresa está incluida en el mecanismo.

¿Como funciona el cargo?

CAMMESA toma la energía producida por los generadores del RENOVAR al precio de los contratos firmados y la divide por toda la demanda del país. De esa manera, se llega a un cargo por MWh, que en Septiembre (primer mes de facturación) fue de 0,86 $/MWh.

¿Como impacta en la factura?

Se multiplica el cargo obtenido ese mes ( ej.septiembre: 0,86$/MWh) por la energía consumida por cada GUH en ese período (x MWh).

Ej Septiembre
Sobrecosto compras conjuntas: 0.86 $/MWh x 1000 MWh = 860 $/MWh

¿Qué energía desplaza: base o plus/excedente?

Comentamos en varias oportunidades,que si se empezaba a consumir un nuevo tipo de energía esta teóricamente desplazaría a otras (hoy en día hay dos combinaciones: base y excedente, o base y plus). Entonces con la entrada de renovables sería: base, excedente y renovable o base, plus y renovable.
Sin embargo CAMMESA no ha tomado en cuenta a las renovables en términos de energía para las compras conjuntas. Qué significa esto? Que no se ha modificado la estructura de opciones, siguen las combinaciones base y excedente o base y plus. Y donde entran las renovables? Se consideró únicamente como un costo nuevo.
La opcion de tener base, excedente y renovable o base, plus y renovable queda únicamente para aquellos que han decidido salir de las compras conjuntas (hoy en día nadie salió).

Situación a nivel generación país

Actualmente hay 4 proyectos (2 de biogas, 1 de biomasa y 1 hidráulico) generando que abastecen un 0.04% del porcentaje de la demanda nacional. A medida que transcurra el tiempo comenzarán a generar nuevos proyectos hasta que se llegue a los porcentajes establecidos por ley.

Les rogamos leer el pdf adjunto que muestra la situación de renovables del país. Son pocas páginas.

¿La industria debe hacer algo?

Por el momento, como podemos ver, el mercado de renovables recien empieza y solo ha empezado para 4 proyectos que generan con fuentes muy caras (todavía no entró ninguno solar ni eólico). Para tener una idea, el precio promedio para estos 4 proyectos fue de 143 USD/MWh. Sin embargo, esto se diluye gracias a que las compras conjuntas dividen la energía generada por toda la demanda del país. De esta manera se llegó a 0,86 $/MWh. Por ende, hoy, el costo del cumplimiento de la ley, con la oferta que hay, es muy económico.

Entonces, a medida que CAMMESA pueda abastecer más demanda (los porcentajes de abastecimiento irán en aumento), y el costo se vuelva considerable, recién en ese momento, se podrá obtener beneficios contratando con proyectos privados. Recordemos que si salgo de las compras conjuntas debo comprar como mínimo el porcentaje establecido por la ley. La ecuación económica a considerar será: el costo de la compra conjunta (precio de compra conjunta con cargos x porcentaje abastecido) vs (mínimo porcentaje establecido por ley x precio de privado).

Quedamos a su disposición,

Saludos Cordiales,

Informe Renovables ago 2017 MATER ago 2017

LISTADO GUH

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Empieza una semana clave para la producción de energías renovables

Se viene una nueva etapa de licitaciones para la instalación de plantas de energía renovables. Y cerca del despacho del ministro de Energía, Juan José Aranguren, hay optimismo.

El Gobierno espera obtener como resultado de la Ronda 2 del Programa RenovAr ofertas de proyectos con precios de generación hasta 10% más bajos que en las dos convocatorias realizadas en 2016, que le permitieron adjudicar un total de 59 proyectos por una potencia de 2423 MW (megavatios).

Este jueves está previsto el cierre del plazo para la presentación de ofertas técnicas y económicas como parte de la Ronda 2. Según trascendió, ya se contabilizaban al menos 90 pliegos vendidos, bastante por encima de las ediciones previas, informaron fuentes del Ministerio de Energía y Minería a la agencia Télam.

Desde la cartera que conduce Aranguren explicaron que la expectativa para esta ronda es bajar los precios del costo de energía en torno de un 10% menos que la ronda 1.5, la que a su vez ya había logrado reducir otro tanto respecto de la 1.0, la primera de todas las rondas.

En la adjudicación de la 1.5, resuelta a fines de noviembre, resultaron adjudicados 30 proyectos por un total de 1281 MW y un precio promedio de 54 US$/MWh (7,3 US$/MWh por debajo del promedio adjudicado en la Ronda 1) de los cuales 10 proyectos fueron de tecnología eólica -por 765,4 MW- y 20 de tecnología Solar, por 516,2 MW.

 

Fuentes oficiales explicaron que si bien hay margen para reducir hasta 10% aquellos precios de acuerdo con la tecnología, creen que bajar el promedio por debajo de los US$ 50 será un gran logro del programa de desarrollo de las energías renovables que impulsó la gestión del presidente Mauricio Macri.

Tanto el número como los precios medios ofertados (US$ 56,20 por MWh en el caso de la energía eólica y US$ 57 en la solar-fotovoltaica) ya representaban una buena noticia para el Gobierno, sobre todo si se considera que el costo medio actual de la energía eléctrica en el Sistema Interconectado Nacional es de US$ 73 por MWh.

Los técnicos que trabajan junto a Aranguren destacan que de a poco confluyen los precios locales con los más desarrollados mercados regionales de las renovables. Así, el valor medio por MWh de las energías de fuente eólica está en sintonía con los adjudicados en Brasil y Uruguay (US$ 61 y US$ 63,50, respectivamente), y el de la energía solar se encuentra incluso por debajo de esos países (US$ 99 y US$ 86,60, respectivamente).

No obstante, se mantiene superior a los contratos cerrados en recientes proyectos dados a conocer en México, Chile y Perú (US$ 33,50; US$ 47,60 y US$ 48,50, respectivamente).

Uno de los principales factores que inciden en una diferencia de precios desfavorable a la Argentina es el costo de financiamiento nacional e internacional que enfrentan los proyectos, con tasas alrededor de 6% superiores al resto de los países de la región. Otros factores de importancia son la estructura impositiva y que los contratos con la compañía eléctrica mayorista Cammesa propuestos por la licitación son a 15 años, mientras que en otros países de la región se extienden por 20 años, diferencia que reduce el tiempo de recupero del capital.

En torno de este desarrollo incipiente de los recursos energéticos renovables, el Gobierno buscará además en esta nueva Ronda 2 apuntalar una mayor integración de componentes nacionales, para lo cual se dispuso un nuevo esquema de incentivos fiscales, normativos y de financiamiento para la radicación de inversión productiva, y el desarrollo de proveedores locales a través de la transferencia de tecnología.

La Ronda 2 tiene fecha de adjudicación el 29 de noviembre, la potencia requerida total a adjudicar en la convocatoria es de 1200 MW de tecnologías eólica, solar fotovoltaica, biomasa, biogás y pequeños aprovechamientos hidroeléctricos.

http://www.lanacion.com.ar/2072580-empieza-una-semana-clave-para-la-produccion-de-energias-renovables

 

 

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La energia renovable le costaria a la Argentina menos que importar combustibles

Además de ayudar a mitigar el impacto medioambiental, Marcelo Álvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), sostiene que las energías limpias pueden ayudar a equilibrar la balanza comercial porque “sacan menos dólares del sistema que los combustibles fósiles”.
“Las renovables generan más empleo y bajan el costo medio de la matriz. Así importes todos los bienes de capital, todo el hardware importado saca menos dólares del sistema que importar combustibles fósiles para quemar”, asegura Álvarez de visita en la redacción de Cronista.com. En todo 2016, según cifras del Ministerio de Energía y Minería, el país compró combustibles fósiles por 3945,3 millones de dólares, mientras que en lo que va de 2017 el monto llega a u$s 2205 millones.
Álvarez apunta a los fósiles porque, debido a la ley de emergencia energética, tampoco ayudan a la recaudación, ya que tienen exenciones impositivas. “No solamente estás importando algo no renovable, caro, prepagándolo, sacándolo del sistema, sino además no tiene aportes impositivos”, remarca.
– ¿Cuál es la situación actual en materia de Energías Renovables en la Argentina?
– La cancha está marcada por la ley 27.191, que crea tres grandes grupos: las convocatorias a Renovar (que ya tuvo la ronda 1 y 1.5) en las que se presentan quienes quieren producir energía eléctrica; el mercado entre privados, que habilita a pactar precios entre las partes sin intervención del Gobierno; y el de la autogeneración de los grandes usuarios.
Ahora, eso te deja afuera dos grandes grupos: el más chiquito, que es el sector residencial y comercial, que debería estar incluido en una ley de energía distribuida; y otro sector que puede autogenerarse con un buen margen de excedente, y que puede inyectar a la red eléctrica nacional ese excedente, pero que no es lo suficientemente potente como para entrar en una convocatoria de Renovar.
Sobre estos dos últimos grupos, todavía no hay mayores precisiones, porque el gobierno está enfocado en llegar a los objetivos de la ley a través de las adjudicaciones de Renovar y de terminar la resolución que brinde el marco regulatorio para el mercado entre privados. – Dentro de este panorama, ¿cuál es el mayor desafío que tiene el Gobierno?
– Si pensamos en los funcionarios públicos, es no caer en la tentación de ir solamente por el modelo más rápido sino ir hacia un modelo de producción no centralizada únicamente en grandes parques. Porque ambas cosas no se excluyen. Es más, con lo que ahorrás en importación de fósiles te alcanza para hacer las dos cosas.
Otro desafío son las tarifas, porque, sin hacer un análisis ideológico de si está bien o no ajustarlas, está claro que no se le puede subsidiar la tarifa al sector de altos ingresos como hoy. Esa es la peor de las señales. Ninguna política de racionalización de la demanda entra si tenés subsidiada la energía y no tiene un costo representativo en tus consumos.
– ¿Cómo pueden aportar las renovables en esta discusión?
– Yo siempre creí, y hoy más firmemente que antes, que las energías renovables son un cambio de paradigma. No es solamente un cambio de tecnología, sino que también están asociadas al cambio de modelo de desarrollo y del modelo de consumo. Y, a partir del cambio del modelo de consumo, también el de producción de energía. Ese cambio de paradigma hace que el ciudadano no sea un sujeto pasivo que simplemente consume, sino que se convierte en un actor adentro de la cadena causal.
Por ejemplo, recién decíamos que uno de los desafíos es descentralizar la producción. Es importante esto. Cuando se arme la ley de generación distribuida, que permita a hogares, comercios e industria generar su propia electricidad a partir de fuentes renovables y vender el excedente en la red, eso va a ser un cambio enorme.
El propio usuario, cuando empieza a generar electricidad (con la tecnología que fuere), empieza a racionalizar su propia demanda. Primero, por una situación egoísta: cobrar la diferencia entre lo que inyecta al sistema y lo que usa. Si hace más eficiente la demanda, no usa consumos evitables en los picos de la demanda (por ejemplo dejar de planchar a las 7 de la noche y hacerlo durante los fines de semana). Cuando los precios de la energía sean los reales respecto del costo, se va a empezar a mover la conciencia del sector residencial, industrial y comercial.
– ¿Por qué hubo tanto interés invertir en renovables en la Argentina?
– La Argentina junto con México, Perú y Colombia son las estrellas de la región, cada una por distintas cosas. Argentina, particularmente, por el tamaño del mercado y porque la tasa, si lográs metabolizar el riesgo de la inversión a largo plazo, es muy alta.
En Perú y México las tarifas para las energías renovables rondan los treinta y pico de dólares por megavatio/hora. Acá con u$s 52 están todos festejando porque veníamos de u$s 240, pero u$s 52 sigue siendo alta para el que invierte.
A partir de ronda 1 y 1.5 de Renovar, un montón de personas del establishment de la energía empezaron a mirar a las renovables, y comenzaron a considerarlo una opción real. Antes nos veían como burgueses con cargo de conciencia que queríamos un mundo mejor y no sabíamos cómo. A partir de que es negocio, el sector de renovables cambió mucho.
– Uno de los grandes debates en la economía argentina se produce en torno de las importaciones. ¿Qué pasa con este punto en relación a la tecnología para producir renovables?
– El camino, para nosotros, no es ponerles barrera a las importaciones sino estimular a los locales controlando la curva de aprendizaje y el aumento de productividad. Tradicionalmente la sustitución de importaciones es renta extraordinaria del empresario amigo de turno del Gobierno de turno. Para nosotros, el mecanismo es elegir cuáles son las posiciones arancelarias en los sectores en los que efectivamente podés competir. Es muy poco probable que puedas hacerlo con los chinos en la fabricación de módulos fotovoltaicos de integración vertical, pero sí podés laminar los módulos acá, o hacer las estructuras de soporte, las seccionadoras, la puesta a tierra, el monitoreo, todo eso se puede hacer acá.
– Otra cosa que se puede estimular, por ejemplo, es la investigación…
– Claro. Argentina tiene potencial para desarrollar concentración fototérmica y aplicaciones de fotovoltaico, aunque tiene que saber no es la prioridad global, porque hoy todo mira hacia la acumulación. Esto es porque las estrategias 100% renovables requieren acumular energía para evitar la intermitencia. Argentina puede desarrollar la industria de litio en términos de acumulación. Aunque habría que asociarse con alguien porque ya estamos muy atrás en términos de carrera tecnológica. Pero buscaría socios (un país o el sector privado, dependiendo de la política del Gobierno), para agregarle valor al commodity. Para decirlo en concreto: por cada gramo de litio que se vende, en una batería hay 27 veces más valor agregado que en el litio sin ningún proceso productivo.
– ¿Qué pasa con el campo en relación a renovables? En las rondas de Renovar fue muy chica la cantidad de proyectos que se presentaron en relación a la potencialidad que podría llegar a tener biomasa o biogás en nuestro país.
– Renovar 1 y 1.5 fueron exitosas en precio y en cantidad de proyectos pero fundamentalmente si se analizan los proyectos de producción a partir de fuente solar fotovoltaica y eólica. En biomasa, en biogás y en mini-pico hidro fue deficitaria por los precios y por la cantidad de proyectos.
Por ejemplo: para un productor de biomasa a partir de residuos resultó una barrera pensar en asegurarse todo ese sustrato y tenerlo disponible durante 20 años, que es la duración de los proyectos. Entonces, lo que tiene que ajustar el gobierno es el modelo de convocatoria, porque no es el mismo para solar fotovoltaica y eólica, que el de biomasa. Entiendo que tiene vocación de hacerlo porque entendió en qué falló. Ahora, la Argentina a los primeros 2000 megavatios los puede hacer simplemente con la fusta bajo el brazo utilizando residuos que hoy no se utilizan. Se hace en una situación de extrema ventaja. Simplemente gestionando los recursos y sabiendo que hay que planificar.

Fuente: https://www.cronista.com/negocios/La-energia-renovable-le-costaria-a-la-Argentina-menos-que-importar-combustibles-20170802-0115.html

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Energias renovables: como se suben las empresas a la nueva ola

Avanza el plan para abastecer de energías de fuentes renovables a las empresas en la Argentina. La ley 27.191 indica que para 2018 el 8% de la energía de las compañías deberá provenir de fuentes “limpias” (20% en 2025). Así, ya está en marcha un gigantesco movimiento de fondos de inversión, constructoras y proveedores, que estima mover una suma de US$ 4000 millones.
Según explica Ariel Maieru, presidente de EIT Group, una constructora que instala parques eólicos y fotovoltaicos, el entramado es así: el Estado saca una licitación pública para los que quieran vender energía renovable y se presentan varios interesados; luego, se firma un contrato y se empieza con la construcción del parque eólico o solar. Entonces, la empresa que firmó ese contrato le dice al fondo de inversión que necesita el dinero para empezar a construir y el fondo aporta los recursos.
Las empresas pueden adquirir energía renovable de tres maneras: una es quedándose en Cammesa (pero Cammesa no va a llegar a proveer los porcentajes de energía limpia estipulados); otra es instalando lo necesario para producir la energía en sus propias plantas (autogeneración). Y la tercera forma es comprando energía a un generador privado. “Para este último caso, el Ministerio de Energía publicó el 5 del actual un borrador de resolución que fija las normas para el mercado de energías renovables entre privados”, explica Juan Bosch, presidente de Saesa, firma de trading de energía y gas natural.
“Nuestra propuesta es, más que hacer grandes parques, instalar centrales a los clientes en su propia planta; que es lo que se llama autogeneración. Tenemos ya más de 25 empresas anotadas, interesadas en comprar energía renovable”, indica Bosch.
El negocio no es menor: hay en total más de 8000 grandes usuarios en la Argentina. Un ejemplo de autogeneración es Dow, que dijo que va a invertir en su propia planta eólica US$ 30 millones. El resto de las empresas, entre ellas, Unilever, P&G, Quilmes, Bayer, Andreani, Demsa, Ferrosur, Impsa y Enerpal, tienen entre sus planes dar cumplimiento a lo que establece la ley 27.191, por lo que tendrán que nutrirse de energía renovable.
En la empresa Quilmes comentan que este año asumieron un compromiso global para que a partir de 2025 el 100% de la energía eléctrica provenga de fuentes renovables, contribuyendo con el cumplimiento de los objetivos ambientales y climáticos acordados en la Conferencia Climática de París (COP21) en 2015. “Comenzamos un proceso de licitación con más de 12 proveedores locales con distintas tecnologías, enfocados en energía solar y eólica que nos permite explorar alternativas de compra directa entre privados. Pero también estamos analizando diferentes opciones de autogeneración a través de la reutilización de subproductos de nuestro negocio”, señala Vanesa Vazquez, jefa de Sustentabilidad de Cervecería y Maltería Quilmes.
En Unilever dicen que en la Argentina su primer objetivo es reducir el consumo energético de sus plantas y su logística para después ir hacia la energía limpia. “Para ello, implementamos una metodología que nos permitió reducir en el último año un 7% el consumo de energía en nuestras plantas de manufactura y un 11% las emisiones de CO2 logística”, cuentan desde la compañía.
Por ahora, el gran volumen se está moviendo por el lado de las empresas que construyen los parques y que cerraron acuerdos de venta de energía a Cammesa (a su vez, como se dijo, después Cammesa se la vende a las distintas compañías interesadas). Hay una veintena de firmas constructoras: Genneia, Biomas Crop, Envision, Eren, PAE, Isolux, Diaser, Jemse, Fides Group, Soenergy International y Quaatro Participacoes son algunas de ellas.
Maieru explica que todas las empresas se ven obligadas a salir a buscar proveedores de energía de fuentes renovables. “Estos proveedores son personas o compañías que invirtieron en energía solar, eólica o biomasa y la ofrecen a las firmas. Éstas hacen un contrato con estos proveedores por una determinada cantidad de años por la provisión de energía eléctrica a base de una fuente de energía renovable”, comenta.
Las empresas, en lugar de gastar en comprar energía eléctrica, gastan en comprar energía renovable. El beneficio global es que el país no tiene que gastar recursos en gas y petróleo. El otro beneficio es que genera nuevos empleos: cada parque eólico implica 500 puestos por dos años, además de las fuentes de trabajo indirectas. Hoy se están construyendo 59 parques eólicos y solares en el país.
En cuanto a la inversión para construir este tipo de proyectos, en promedio se estima que para un parque solar se necesita US$ 1 millón por MW y para un parque eólico, US$ 1,2 millones por MW. La componente de construcción es aproximadamente un 25% del monto total del proyecto, según precisa Maieru.

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Información de Mercado

Energias renovables: la onda verde mundial que la Argentina busca alcanzar

Aunque la ley 27.191 impone que a fines de este año se llegue al 8% de energía originada en fuentes renovables, las cifras no alcanzan el 2%. El equilibrio con la matriz energética convencional y las próximas aplicaciones en la vida diaria.
¿Argentina con el 8% de su energía salida de fuentes renovables en diciembre de este año? Hoy, arañando el 1,8%, puede decirse que es un sueño simpático pero imposible, más allá de que el cuerpo legislativo lo haya creído viable al promulgar, no en una sino en dos oportunidades (2006 y 2015), leyes que describían ese horizonte: la 26.190 y la 27.191. ¿La gran meta? Cubrir un 20% de la oferta eléctrica con estas energías en 2025. Esto más allá del ya fallido objetivo de 2017, que, por cierto, el Boletín Oficial decretó como “Año de las Energías Renovables”.
El subsecretario de Energías Renovables del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, Sebastián Kind, se refirió, en diálogo con Clarín, a los aciertos y obstáculos en el marco del plan RenovAR, que impulsa su cartera: “En realidad, el decreto 531 de 2016 establece que la fiscalización del cumplimiento del 8% se hará recién en diciembre de 2018. En ese momento se van a auditar los 12 meses anteriores, o sea, el 2018. Ya hay 69 proyectos de energías renovables. Casi todos tienen los contratos firmados, salvo una tanda que se firmará en estos días. De todos modos, es muy probable que el 8% no se cumpla tampoco en diciembre de 2018 sino unos meses después. Son los tiempos legislativos. Si los plazos hubieran sido más lógicos y no hubiera demorado tres años sancionar la ley, hoy no estaríamos corriendo”.
Estacionales o no tanto, en medio de los manotazos de ahogado que derivan en caudalosas importaciones de energía, muchos opinan que lentamente se va tomando la senda del consumo “consciente”. La idea es re-encauzar la matriz energética argentina, hoy copada por los recursos no renovables o convencionales (los fósiles o hidrocarburos), lo que requerirá, como describe el director de la Escuela de Posgrado del ITBA, Diego Luzuriaga, “un acto de equilibrio entre dos paradigmas de energía. No se trata de estar a favor o en contra. Queda claro que no debería haber un justificativo para invertir en energía fósil cuando se pueda invertir en renovable. Por un tiempo van a tener que coexistir, pero, si bien no quiero sonar dramático, el mundo no va a sobrevivir a 2050 si sólo usamos combustibles fósiles”.
Uno de los históricos impulsores del tema es Fernando “Pino” Solanas, senador nacional del bloque Proyecto Sur-Unen. El legislador señaló a Clarín que “tanto el gas como el petróleo son insumos esenciales para la industria petroquímica y aún no se pudo reemplazar a los combustibles fósiles en los casos del transporte naval, aéreo o ferroviario de larga distancia, pero lo que sin lugar a dudas constituye una locura es quemar combustibles para generar electricidad”. “Las energías renovables pueden provocar una verdadera revolución de trabajo y desarrollo”, opinó.
Todos hablan del futuro. Cuesta imaginarlo, pero lo que se viene no es unplugged. Un día (para los expertos no falta tanto: 20 o 30 años), veredas y estacionamientos de Argentina tendrán enchufes para cargar los autos. A los equipos de aire acondicionado que dominan en techos y balcones se sumarán más objetos indecorosos: paneles fotovoltaicos y térmico solares, otro look al espacio urbano. Optimista, el subsecretario asegura que “esto se verá muy pronto; en los próximos cinco años tiene que estar funcionando”.
¿Serán tecnologías accesibles a todos? “Sí”, dice Kind: “La clave es que Argentina puede estructurarse en un largo plazo. Cuando por la coyuntura del país eso no sucede y hay que diseñar todo ‘para mañana’, naturalmente la tecnología se encarece. Esto no debiera pasar acá. Estamos estructurando a largo plazo, aun con el clima hostil de inversión que hubo”.
En el capítulo II de la Argentina energética se espera que, como ya pasa en España, camiones de insumos descarguen, en los sótanos de edificios eco-friendly, grandes bolsones de pellets (combustible hecho con biomasa); allí una gran caldera los transformará en calefacción central, con baja emisión de dióxido de carbono (CO2). En el norte del país, las viviendas aprovecharán de lleno la luz y el calor solares. Y en el sur, el intenso viento patagónico.
El calor que viene de las fauces de la tierra (energía geotérmica) debería ser, también, aprovechable. Según Kind, “hay interés. Se estiman novedades para fin de año”. Igualmente, la fuerza del oleaje marino aportará lo suyo, aunque el subsecretario reconoce etapas: “No todavía. Estamos un paso antes. Para la energía mareomotriz hay que esclarecer marcos jurídicos y abrir caminos para desarrollar tecnología adecuada”.
Ante la pregunta por la energía hidroeléctrica se arma enseguida una lista de peros. Según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA), esta fuente representaba, en 2015, el 35,5% de la matriz eléctrica argentina. Pero el enorme (y parece que irremediable) impacto ambiental que se registra en las grandes represas condujo a una necesaria relectura sobre la imagen de estas centrales como símbolo nacional de progreso.
Desde el punto de vista ambiental, el nuevo paradigma sólo aceptará las chiquitas, las de pequeña escala, como explica Andrés Napoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN): “Hay desmitificar que las mega represas hidroeléctricas son energía renovable. No lo son, y no lo digo yo sino la propia ley. Dicen que son limpias, pero el impacto ambiental es enorme”.
El texto oficial es claro: “El límite de potencia establecido por la presente ley para los proyectos de centrales hidroeléctricas, será de hasta cincuenta megavatios (50 mw)”. La represa de Yacyretá, en Corrientes, llega a los 2.746 mw. Y tres neuquinas (Alicurá, El Chocón y Piedra del Águila) producen de 1.000 a 1.400 mw.
Conviene pisar con pie de plomo antes de lanzar afirmaciones sobre energía y medio ambiente. La represa Urugua-í, en Misiones, tiene 120 mw instalados, lo que parece poco. Sería una represa “inofensiva”, si se la compara con la transnacional Itaipú, que puede producir hasta 14.000 mw.
Pero basta charlar con habitantes de las localidades lindantes a esos ríos para empaparse de los mil y un perjuicios (sociales, ambientales) que se desprenden de las inundaciones y sequías, según el accionar de las represas. Sorprende que la web del Ministerio de Energía describa la hidroeléctrica como “renovable” (a nivel mundial, un término ligado a lo ecológicamente sustentable), sin detallar los efectos según su potencia. Es una buena noticia, como explica Leonardo Spina, coordinador de Gerencias Técnicas del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que sea “enorme” la capacidad argentina en cuanto a las otras fuentes de energía renovable: “El proyecto RenovAR viene siendo muy exitoso en la primera ronda de licitaciones. La eólica es la principal, pero la fotovoltaica tiene su peso, igual que los proyectos de biomasa. La idea es lanzar otro esquema similar en un timing corto. El Instituto de Vivienda ya está pensando en incorporar colectores solares para minimizar la necesidad energética del consumo de gas. Según la localidad, el aprovechamiento puede ser muy grande. Es una energía disponible que requiere baja inversión y bajo mantenimiento”.
El tema que preocupa a todos es la intermitencia: estas fuentes se renuevan gratis y sin ayuda, pero su intensidad y duración son muy variables. Para los expertos, es clave el desarrollo de un sistema de distribución bidireccional. O sea, que quien tenga energía de sobra pueda de algún modo “inyectarla” a la red y darle a quien le falte.
Hagan sus apuestas: ¿faltan años luz para esto? “Esta semana se está debatiendo en la Cámara de Diputados el proyecto de generación distribuida, para tener una ley nacional. Es una cuestión de los tiempos legislativos, pero este año debiera concretarse”, asegura Kind
Pino Solanas coincide en que el proyecto “se encuentra muy avanzado en el Senado”, pero subraya: “Estamos trabajando para llegar a un consenso final en la redacción, junto con los senadores García Larraburu, Pais, Luenzo, Rodríguez Saa y Cobos. Sin embargo, en algunas comisiones hubo ciertas dilaciones para el tratamiento del proyecto, por parte de sectores afines al oficialismo”.
Desde FARN, Napoli prefiere cautela: “El Gobierno avanzó con las dos licitaciones de RenovAR e incorporó una gran cantidad de watts, pero no es lo mismo concretar que hacer licitaciones. No tenemos una radiografía de cómo estamos. Además, el gobierno está mostrando señales contradictorias que dificultan y demoran la transición de las energías fósiles a las renovables, una meta que, más allá de Estados Unidos, Argentina adscribió en el Acuerdo de París”.
¿Qué contradicciones? Napoli detalla: “Las nuevas represas de Santa Cruz (N. del R.: las centrales “Néstor Kirchner” y “Jorge Cepernic”, frenadas por una medida cautelar de la Corte Suprema. Terminado el informe de impacto ambiental, las obras se reanudarían en septiembre) y las dos centrales nucleares acordadas con China no registran ningún debate interno sobre el impacto. Sumemos el yacimiento Vaca Muerta y podría presumirse que si el Estado pone recursos en un lugar, no los va a poner en el otro. El costo internacional va a ser muy alto. Se va a medir la producción según con qué energía la hiciste. Podría haber restricciones de mercado si competís de manera desigual”.
Para Kind, “no se trata de incentivar o no incentivar: hay una obligación legal. Debemos cumplir la ley y la ley dice lo que dice. Además hay una conveniencia natural, que es el de las energía renovables como la fuente más conveniente. Hay sectores que se verán más o menos tocados por el avance de las renovables, pero en cualquier caso no vienen a cumplir el rol de cubrir el 100% de la matriz en este momento sino en 2050, así que no hay un problema. Es complementario y para diversificar”. Sobre los proyectos en danza con China, Kind es evasivo: “Sobre las nucleares… prefiero no tocar el tema”.
Desde el INTI, Spina explica que “si uno se enfocase sólo en el gas, se dice que Vaca Muerta puede dar 400 o 500 años de consumo. La realidad es que este yacimiento posiciona al país en una sobreabundancia energética. Pero el mundo se sigue moviendo”.
Pesa lo cultural, coincide, desde el ITBA, Diego Luzuriaga: “La energía del futuro son múltiples fuentes que se asociarán y deberán adaptarse según el potencial de cada región. La cultura tiene que cambiar. Hay quienes siguen queriendo energía ilimitada, gratuita y además poder desperdiciarla”.
“Hay una matriz de pensamiento para estas cuestiones que consiste en repetir que la única energía acumulable es la fósil”, aclara Napoli, y resume: “Vaca Muerta no sale dos pesos, sale millones y, de vuelta, se está pensando sólo en la producción, no en quiénes van a regular el proceso. Ya lo vivimos con el tema minero: en los 90 se dieron facilidades, se liberó y se dejó que provincias como La Rioja o Catamarca controlaran grandes monstruos. No aprendimos nada. Vamos a tener problemas en 20 años”.
La tendencia hacia las renovables es irrefrenable y mundial. Para los optimistas, Argentina no perderá la onda verde. O, más bien, no debería.

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