Durante el día 1 del Wind & Solar Virtual Summit, evento producido por Latam Future Energy, se desarrolló el panel denominado “El rol de la energía eólica en el portafolio de los grandes actores regionales”.
Allí Federico Echavarría, CEO de AES Colombia, habló de la actividad que tiene la empresa en ese país. Destacó que bajo la firma Jemeiwaa Ka’i, tienen en carpeta 648 MW en 5 proyectos eólicos, dos de los cuales (Casa Eléctrica -180 MW- y Apotolorru -75 MW-) fueron adjudicados en la pasada subasta de energías renovables.
No obstante, el ejecutivo puso el foco sobre los contratos bilaterales de energías renovables y las complejidades de su desarrollo. ¿Por dónde pasa esta dificultad?
Para explicarlo, Echavarría comparó Colombia con Chile. “Buena parte de los proyectos que ha desarrollado AES en Chile han sido soportados por contratos bilaterales con grandes consumidores”, destacó.
Comentó que “particularmente las mineras han avanzado en ese mercado y han visto la necesidad de garantizar, por un lado, su suministro a largo plazo de energía y, por otro lado, precios estables”.
En cambio, sostuvo que en Colombia “no hemos podido desarrollar algo similar”.
Indicó que la regulación allí no impide avanzar en este tipo de contratos. Por lo que concluyó: “Yo creo que es parte de la cultura”.
Justificó que el mercado entre privados en el país andino empezó a mediados de los 90, pero con una expectativa de precios continuamente decrecientes. Aseguró que esa tradición hace que hoy cueste que empresas firmen contratos a largo plazo. “En Colombia es normal que los contratos se firmen a no más de 5 o 6 años”, explicó.
Aunque advirtió: “Afortunadamente esto está cambiando. Estamos viendo un cambio, pero muy lento todavía”.
Contó que la primera subasta de energías renovables a largo plazo dio una buena señal para que los usuarios se animen a contrataciones a mayor cantidad de años. Cabe destacar que el proceso celebró contratos a 15 años.
Y, en esa línea, Echavarría apostó a que la nueva subasta, a desarrollarse durante el segundo semestre de este año, siga marcando ese mismo sendero.
Asimismo, habló de la posibilidad de que las empresas privadas también inicien subastas particulares de energías renovables, tal como lo habilita la resolución CREG 114.
“Ese es el gran reto que tenemos en Colombia, de cómo acelerar esa contratación, bien sea a través de otros mecanismo privados de subasta o a través de contratos bilaterales con compañías”, puntualizó el CEO de AES Colombia.
En ese sentido, destacó el rol de Ecopetrol: “Ha dado un ejemplo grandísimo de todas las empresas en Colombia en enseñarles y mostrarles que pueden hacer contratos a largo plazo con grandes beneficios, no sólo del punto de vista ambiental sino de costos”.
Subastas y avances
En cuanto al avance de los emprendimientos adjudicados en la subasta pasada, Casa Eléctrica, de 180 MW, y Apotolorru, de 75 MW, el directivo confió que continúan trabajando con las autoridades para terminar de avanzar en licenciamientos ambientales y en arreglos con las comunidades para emplazar los proyectos en La Guajira.
Aunque recordó que también dependerán de la línea eléctrica Colectora, para poder despachar la energía que pudieran generar.
“En La Guajira existe el reto de la transmisión: tenemos todos los recursos que se quieran desarrollar, viento de clase mundial y sol, pero el problema que existe es que no hay suficiente líneas de transmisión y hay que construir la infraestructura”, resaltó.
Echavarría no descartó que AES compita en la nueva convocatoria que está preparando el Gobierno y, en esa línea aconsejó: “Es fundamental que tomemos las lecciones aprendidas de todos los que logramos proyectos en la primera subasta, donde el riesgo de desarrollo, sea dentro o fuera de La Guajira, sea viento (eólico) o sol (fotovoltaico) siempre hay un riesgo importante de desarrollo que debe ser tenido en cuenta”.