La Asociación Brasileña de Grandes Consumidores de Energía y Consumidores Libres (ABRACE Energía) se posicionó sobre la propuesta presentada por el Ministerio de Minas y Energía (MME) para la modernización del sector eléctrico contiene avances importantes. La entidad consideró que la reforma busca acomodar al segmento de bajos ingresos de la población, reducir los subsidios sectoriales y promover la apertura del mercado sin aumentar las distorsiones en el sector. Pero trae riesgos relevantes al redistribuir cargas y costos, cargar con nuevos costos y transferir una porción proporcionalmente mayor de la Cuenta de Desarrollo Energético (CDE) a los consumidores industriales en el mercado libre, comprometiendo la competitividad de la producción nacional.

ABRACE destaca que el CDE, fondo que financia políticas públicas en el sector, ya tiene un impacto significativo en la industria que está en el mercado libre. Estos consumidores industriales pagan actualmente una “tarifa” de CDE, que en última instancia cubre las políticas públicas y debería ser de carácter tributario, equivalente a los consumidores residenciales, del orden del 12% de sus facturas finales de energía. Además, el CDE, a diferencia de los impuestos, no se compensa a lo largo de las cadenas productivas y acompaña el costo de los productos exportados, penalizando la producción.

La propuesta puede resultar ineficaz para lograr su objetivo: al intentar proteger a los pequeños consumidores, termina aumentando los costos de los productos que éstos consumen (recordemos que la energía representa hasta el 35% del costo de un litro de leche y el 25% del costo de los materiales de construcción, por ejemplo). Los brasileños gastan, en promedio, el doble por mes en energía incorporada a productos y servicios que en su factura de electricidad residencial. Penalizar a la industria es penalizar a toda la sociedad con inflación y pérdida de empleos, de ingresos para los consumidores y de ingresos fiscales para el Gobierno.

La propuesta del Ministerio también incluye a los consumidores libres en el reparto de costos, como Angra 1 y 2, Generación Distribuida y un nuevo cargo que pretende compensar costos con el excedente de energía que se promoverá con la ampliación del mercado libre. En la visión de ABRACE, Brasil tiene la oportunidad de utilizar su energía limpia y competitiva como base para la reindustrialización y el desarrollo social.

La asociación ha mantenido el diálogo con el MME, apoyando los puntos positivos y contribuyendo a una reforma amplia y efectiva, centrándose en la eficiencia con la corrección de la señal del precio de la energía, la correcta distribución de costos y riesgos en el sector y la reducción real de cargas con la búsqueda de nuevas fuentes de financiación para las políticas públicas. Por último, recuerda la importancia del libre mercado, que, a diferencia de los segmentos estimulados y subsidiados, paga todos los cargos sectoriales de las políticas públicas y los asociados a la operación y seguridad del sistema y el costo total del transporte de energía.

Por último, la Asociación reconoce los esfuerzos del Gobierno para proteger la ventaja competitiva del país en su potencial energético limpio y barato, como el veto del presidente Lula a los llamados jabutis del proyecto de ley de parques eólicos marinos, que ahora corre el riesgo de ser revocado. Entre las propuestas de mejora que Abrace ha defendido ante el Gobierno está la inclusión en la reforma de mecanismos para estimular el consumo industrial de energía limpia y barata, necesaria para la reindustrialización del país, para que tengamos una sociedad más próspera y justa y también para la recuperación del propio sector eléctrico.

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