Brasil da pasos importantes hacia la consolidación del hidrógeno de bajas emisiones como pilar de su estrategia energética, pero aún enfrenta obstáculos clave para estructurar un mercado robusto y competitivo.
Según datos recopilados por la Asociación Brasileña de Energía Solar Fotovoltaica (ABSOLAR), ya se identificaron 108 proyectos en el país, lo que representa un volumen muy amplio para un mercado que está en auge en Brasil.
“12 de esos proyectos ya están en operación, con una escala menor, que impulsarán el desarrollo del mercado, ya que la gran mayoría de proyectos en proceso todavía están en desarrollo y deben despegar en los próximos años”, afirmó Marília Rabassa, coordinadora del Grupo de Trabajo de Hidrógeno Verde de ABSOLAR.
“El marco legal del hidrógeno verde representó un avance importante porque aporta mayor seguridad jurídica para los inversores”, agregó.
La segunda ley de H2, aprobada en septiembre del año pasado, estableció directrices para la cadena de valor del hidrógeno de bajas emisiones, incluyendo criterios de certificación de origen e intensidad de carbono y el lanzamiento de un sistema nacional de certificación.
Este nuevo marco también reconoce al hidrógeno en la planificación energética nacional, lo que según Rabassa, es clave para orientar inversiones en transmisión, carga y generación eléctrica.
Uno de los avances recientes es la incorporación de las “obligaciones de infraestructura” como mecanismo de financiamiento competitivo, habilitado por la Ley N° 12.431/2011. Esta herramienta facilita el acceso al capital para proyectos de hidrógeno, especialmente si el incentivo recae en el comprador, lo que amplía el interés financiero en esta tecnología.
En paralelo, la legislación de H2 establece un esquema de créditos fiscales de hasta R$ 18.300.000.000 hasta el año 2032. Estos fondos podrán cubrir hasta el 100% de la diferencia de precio entre el hidrógeno de bajas emisiones y sus sustitutos fósiles.
A pesar del marco legal y los instrumentos anunciados, el desarrollo del mercado aún enfrenta lagunas regulatorias críticas. Rabassa advierte que todavía falta implementar normativas complementarias, entre ellas el proceso detallado de certificación, las reglas de acceso a infraestructura, los beneficios fiscales específicos y una definición clara de derechos e incentivos para los actores involucrados.
Además, la desconexión entre oferta y demanda representa un cuello de botella estructural. Esta falta de sincronización impide establecer contratos de largo plazo entre productores y consumidores, limitando la viabilidad comercial de los proyectos.
“Es necesario crear incentivos para el consumo de hidrógeno bajo en carbono”, remarcó la coordinadora de ABSOLAR, quien también llama a establecer instrumentos económicos efectivos para la fijación de precios.
Potencial exportador y visión de futuro
Brasil se posiciona como uno de los países con mayor proyección de LATAM para producir hidrógeno verde a escala global, de manera que ya hay más de R$ 441 mil millones en inversiones anunciadas, según estudios de ABSOLAR.
“La perspectiva de crecimiento es acelerada, tanto para la demanda doméstica como para la exportación”, enfatizó la especialista, mirando al H2 como una herramienta estratégica para la descarbonización industrial y un futuro commodity de exportación.
Para explotar ese potencial, la especialista señala que es prioritario regular completamente los hitos legales del hidrógeno y del mercado de carbono, fortalecer la certificación y generar incentivos directos al consumo mediante subastas u otros mecanismos de fomento.
Finalmente, promover centros logísticos de exportación e importación y desarrollar una infraestructura dedicada a acuerdos bilaterales serán fundamentales para conectar la producción nacional con los mercados internacionales.
La entrada ABSOLAR identifica más de 100 proyectos de hidrógeno de bajas emisiones y advierte sobre desafíos regulatorios en Brasil se publicó primero en Energía Estratégica.
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