Chile está experimentando un crecimiento acelerado en materia de energías renovables variables. Según datos de DNV, actualmente la solar fotovoltaica se aproxima a los 6,5 GW, entre centrales en operación y en pruebas, y la eólica a los 4 GW. Son números interesantes teniendo en cuenta que la matriz eléctrica se constituye de 30 GW.

No obstante, se advierte que el crecimiento de esta generación no está adecuadamente acompañado de desarrollos que permitan evitar vertimientos (curtailment).

Céline Assémat, responsable de análisis y de modelación del mercado chileno de DNV, explica a Energía Estratégica que a partir del segundo semestre 2021, dado el fuerte aumento de la capacidad instalada de estas tecnologías en el país, los volúmenes de pérdidas solar y eólico aumentaron fuertemente.

Indica que esta tendencia alcanzó su pico en enero del 2022, cuando se produjo un vertimiento mensual récord de 214 GWh, correspondiente a 9% de la energía solar y eólica disponible.

Actualmente, “durante los primeros 5 meses de 2022, el CEN reportó 584 GWh de vertimiento en la zona norte”, precisa Assémat. Pero adelanta que, así las cosas, se espera una nueva marca en pérdidas de energía.

Céline Assémat, responsable de análisis y de modelación del mercado chileno de DNV

“El único año con más vertimiento fue 2017 con 1,2 TWh, pero este valor se superará durante 2022: las últimas proyecciones de DNV estiman un total de 1,9 TWh de vertimiento para 2022, de lo cuál 1,5 TWh sería solar. Esto corresponde a una tasa de vertimiento a nivel país para solar y eólica de 7%”, asegura la directiva de DNV.

Y lo propone en otros términos: “Esto corresponde a (una pérdida del) 2,5% de la demanda estimada para el año, una cantidad significativa en particular en un contexto de sequía, con un uso del diésel muy alto”.

Soluciones

Durante el webinar “Trina Trackers: Innovación tecnológica para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos” llevado a cabo la semana la responsable de análisis y de modelación del mercado chileno de DNV opinó sobre las medidas que deberían tomarse para mitigar este volumen de vertimientos.

Por un lado, Assémat indicó que, como medidas de corto plazo, se puede trabajar en la transmisión. “Se pueden mejorar la operación de las líneas utilizando el ‘Dynamic Line Rating’ para aprovechar mayor capacidad, que es algo que se puede implementar relativamente rápido”, aseguró.

Por otro lado, enfatizó sobre el almacenamiento, que “se puede instalar bastante más rápido respecto a otras soluciones”. “Vemos que va a llegar muy fuerte en el mercado chileno para responder a la problemática del curtailment y al suministro de noche que también vemos problemático”, consideró.

Explicó que “si bien históricamente los vertimientos ocurrían solo en la zona norte del país, desde 2020 empezaron a ocurrir situaciones donde el curtailment se aplica a lo largo de todo el país, y la frecuencia de estos eventos está aumentando”.

“Así, pasamos de un problema de transmisión a un problema más general de falta de flexibilidad en el sistema, donde centrales térmicas quedan encendidas durante el día para poder suministrar energía de noche y proveer servicios complementarios, y desplazan la energía renovable, obligando a botarla”, indicó.

Asimismo, la directiva de DNV destacó que se pueden realizar mejoras por parte del ente operador del sistema, es decir, el Coordinador Eléctrico Nacional. “Se podrían mejorar los pronósticos, la programación diaria, pasándola a la intradiaria”, comentó.

“Hay que desarrollar en el fondo un conjunto de soluciones a esta problemática”, concluyó la experta.