Desde los últimos años a esta parte, Chile ha experimentado un crecimiento exponencial en la incorporación de tecnología solar fotovoltaica a su matriz energética.
De acuerdo al último reporte de estadísticas (ver) elaborado Asociación Chilena de Energías Renovables Alternativas (ACERA), ésta fue la segunda fuente de mayor participación de los primeros dos meses de este 2022 (enero y febrero), con el 19,3% (1.259 GWh), solo superada por el carbón, con el 26% (1.785 GWh).
Según la Comisión Nacional de Energía (CNE), existen en construcción 3.458 MW solares fotovoltaicos que se incorporarán más temprano que tarde a los 4.996 MW ya operativos.
Por su parte, el último reporte PMGD publicado por el Coordinador Eléctrico Nacional registra que, de todos esos MW solares instalados, 1.195 MW corresponde a Pequeños Medios de Generación Distribuida, los cuales, a su vez, representan el 71% de todo el universo PMGD conectado.
Asimismo, según la CNE, existen un total de 149 de estos emprendimientos de hasta 9 MW en construcción, por 767,55 MW, que entrarán en operación durante este año. Un dato a destacar es que el 94% de ellos son solares fotovoltaicos: 133 por 727,35 MW.
Sin embargo, la industria prevé una caída en el proceso de construcción de estos grandes y medianos proyectos.
¿Por qué? Un factor para los PMGD es el cambio en el precio estabilizado por otro de remuneración por bandas horarias, que desalentará un poco su interés en el mercado. Pero el verdadero desafío a sortear tiene que ver con la congestión de las líneas de transmisión, que restringe aún más el juego para los grandes proyectos.
Carlos Cabrera, presidente de la Asociación Chilena de Energía Solar (ACESOL), comentó ayer en el programa ‘Hágase la Luz’, transmitido por TXSPLUS, que este fenómeno se produce debido al tiempo que demandan las construcciones de nuevas líneas de transmisión. Propuso que debería darse una reforma en la gestión y planificación de estas obras.
“Deberíamos tener casi como una unidad de planificación nacional, como ocurre en muchos países, a que se enfoque y ocupe 100% en la planificación del sistema eléctrico, porque hoy en día es un híbrido entre el Coordinador y la CNE (Comisión Nacional de Energía)”, consideró el dirigente.
Ante este contexto, Cabrera opinó que ahora el gran atractivo para el mercado solar en Chile vendrá de la mano del despegue de la autogeneración (Net Billing) y el desarrollo de la solar térmica.
“Se ingresó (al Congreso) un proyecto en Net Billing, que nos gustó mucho, que permite aumentar la potencia de conexión de 300 a 500 kW, y, además, lo cambia de capacidad instalada a inyección”, destacó Cabrera.
Pero indicó que existe un problema para la autogeneración y es la falta de financiamiento.
Ante esto, una propuesta de ACESOL es la utilización de un sistema que funciona en California. Consiste en que la compra e instalación de un sistema de autogeneración renovable pueda ser incluida dentro de los créditos hipotecarios. Luego, esta inversión podría valorizar el inmueble. “La plusvalía es cercana al 5 o 6%”, destacó Cabrera.
Por otra parte, el dirigente hizo una especial mención a la actividad solar térmica y su necesidad de “reposicionarla” dentro de Chile.
“Queremos que el sector solar térmico tenga una regulación”, anticipó y argumentó: “No hay especificaciones técnicas ni fiscalización. Es un sector que necesita una estructura, certificaciones y exigencias mínimas; con eso bastará para que tenga su despegue”.
Explicó que, sin este tipo de regulaciones, el mercado se plaga de productos de baja calidad que, al presentar fallas, genera un efecto de rechazo en el mercado.
“Vamos a trabajar fuerte el tema solar térmico con las nuevas autoridades” más allá de la tecnología aplicada a las viviendas sino a nivel industrial, se comprometió el presidente de ACESOL.
Y enfatizó: “En la minería hay aplicaciones muy buenas como puede ser celebrar un PPA térmico, de calor, donde se contratan flujos y condiciones (al igual que un PPA eléctrico)”.