Solis consolida su posicionamiento en el Caribe ofreciendo una gama tecnológica adaptable a múltiples condiciones eléctricas, con una visión que prioriza la estabilidad de red, la eficiencia y la integración de baterías. La flexibilidad de sus inversores híbridos y la capacidad de escalar soluciones en paralelo representan una ventaja estratégica para los mercados insulares que demandan innovación robusta y resiliente.

«Tratamos de desarrollar una tecnología que se adapte, que se ajuste a la necesidad del mercado», destaca Marco Ricci, gerente de Ventas para Latinoamérica de Solis. Según detalla, el Caribe representa un escenarios complejos para un fabricante de tecnología, debido a la diversidad de estándares eléctricos.

«Hay países a 50 Hz, países a 60 Hz; países a 380 V, países a 480 V», explica Ricci. Esta realidad ha llevado a la compañía a implementar un enfoque de diseño altamente flexible, que considera tanto normas UL como IEC, que conviven en la región.

De allí, el ejecutivo en una entrevista durante Future Energy Summit Central America & The Caribbean (FES Caribe), hace énfasis en la importancia de “tropicalizar” la oferta, no solo para responder a las exigencias técnicas, sino también para contribuir a mantener la estabilidad en redes con distintas configuraciones.

La necesidad de adaptar tecnologías a entornos complejos va de la mano con la evolución de la demanda en el Caribe hacia sistemas híbridos con baterías. En ese sentido, Solis ha venido diversificando su portafolio con nuevas líneas de inversores prioritariamente para aplicaciones residenciales, comerciales e industriales.

«Solamente este año estamos lanzando nuevas familias de inversores híbridos», subraya Ricci, quien indica que la compañía apuesta especialmente por complementar instalaciones con baterías de litio de alto voltaje. Sin embargo, reconoce que el mercado del Caribe aún demanda muchas soluciones de bajo voltaje, y por eso han desarrollado equipos residenciales como el 12-16 kW split phase, pensado para esas configuraciones.

En el sector comercial e industrial, destaca el inversor híbrido de 30 kW versión UL, capaz de ser conectado en paralelo hasta seis unidades. Este modelo está especialmente diseñado para cubrir las necesidades energéticas de centros comerciales, hoteles e industrias, segmentos clave en mercados como República Dominicana y Puerto Rico.

«Ya ha visto saturarse la demanda de solar on grid y de ahora a 2, 3, 5 años va a haber un desarrollo muy importante del solar pero en términos de híbrida», advierte Ricci.

El avance en tecnologías híbridas se enmarca en una tendencia global. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), para alcanzar la meta de triplicar la capacidad de energías renovables al año 2030, será necesario sextuplicar el almacenamiento en baterías, condición clave para asegurar la estabilidad de las redes eléctricas. «Si no se amplía el almacenamiento en baterías […] se corre el riesgo de estancar la transición hacia energías limpias», advierte el organismo internacional.

En el Caribe, los países ya están dando pasos concretos en esa dirección. República Dominicana proyecta alcanzar una capacidad de 300 MW en sistemas de almacenamiento con baterías para 2027, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Nacional de Energía (CNE).

Por su parte, Puerto Rico contempla la instalación de 920 MW de almacenamiento, que incluyen 200 MW con capacidad de 2 horas y 680 MW con capacidad de 4 horas, según el primer Plan Integrado de Recursos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).

Estos desarrollos permiten ampliar la integración de renovables y mejorar la confiabilidad de los sistemas eléctricos, algo que desde Solis ya anticipan como clave para consolidar su presencia en la región.

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