El modelo de minería en Perú está experimentando una reconversión estructural: a la lógica extractiva tradicional se suma ahora una visión de largo plazo, alineada con estándares ESG y demandas globales. Y con una cartera de exploración minera 84 proyectos, el país avanza hacia un esquema de desarrollo que combina rentabilidad con sostenibilidad.
“Tenemos una inversión de 1.039 millones de dólares y una enorme cantidad de empleos que tenemos y vamos a tener de manera directa o indirecta, junto a beneficios para la población que está alrededor de la minería. Yo creo que eso es lo que justamente trae en expectativa todos los proyectos de exploración minera, y el Perú eso no es ajeno a que la población en general pueda participar de los beneficios que trae el sector minero formal y seguro”, declaró Adriana Aurazo, vicepresidenta de Asuntos Ambientales, Sociales y de Sostenibilidad de Southern Peaks Mining (SPM).
El empleo minero en el Perú registró 238 mil trabajadores durante el 2024, logrando su cifra más alta históricamente. De acuerdo con datos del Instituto Peruano de Economía (IPE), el efecto multiplicador del empleo minero se tradujo en que de cada puesto de trabajo directo se generaron 8.2 puestos de trabajos indirectos, aumentando el impacto positivo en el país.
De allí, el Estado avanza en la promoción y difusión de inversiones en este sector productivo. Además de la cartera de exploración minera 2025 presentada por el Ministerio de Energía y Minas del Perú en marzo de este año, la nueva Cartera de Proyectos de Inversión Minera publicada a finales de abril, suma 67 iniciativas —33 green field y 34 brown field— con foco en cobre, oro, plata y zinc, con una fuerte concentración en el sur andino (45,5% del total de inversión).
En este escenario, el suministro eléctrico emerge como un componente estratégico de la operación minera. Según Adriana Aurazo, el desarrollo de infraestructura propia es clave para garantizar continuidad y autonomía operativa: “Lo que consumes tienes que aportarlo de una u otra manera”, afirmó durante una entrevista con Energía Estratégica. Casos como el de Cerro Verde, que tiene en Arequipa su sede de minería y está generando energía desde Piura en el norte del país, ilustran esta lógica de búsqueda energética.
Southern Peaks Mining (SPM) ya ejecuta esta transformación en terreno. Aurazo, subraya que en la Compañía Minera Condestable (CMC) operan con 100% energía renovable, e integra vehículos eléctricos en todos los niveles de operación, no sólo en la superficie del terreno sino también dentro de las minas.
Este tipo de decisiones responden a factores tanto operativos como estratégicos. Por un lado, la baja de costos de la solar fotovoltaica, baterías y vehículos cero emisiones ha abierto un nuevo abanico de oportunidades para las empresas en zonas remotas, donde la logística energética es más compleja.
“La minería verde tiene que ir de la mano con energías renovables”, sostiene Aurazo. Pero advierte sobre una deuda pendiente: “Faltaría que estos certificados de energías renovables que dan las empresas de suministro energético, puedan también tener un respaldo en pequeña escala”, explica, anticipando que podrían haber avances en este sentido con algunas iniciativas que están promocionando desde el Ministerio del Ambiente.
Además del abastecimiento interno, algunas empresas extienden el beneficio a las comunidades cercanas, contribuyendo a la electrificación rural y fortaleciendo el vínculo social: “También se aporta con proyectos de electrificación, en algunos casos rural, para que nuestro consumo no sea en detrimento de la población y genere una falta de recursos energéticos”, remarcó la vicepresidenta de Asuntos Ambientales, Sociales y de Sostenibilidad de Southern Peaks Mining (SPM).
Una visión de largo plazo exigiría repensar la cadena de valor. Hoy, el 65% del PBI nacional vinculado al sector minero proviene de exportaciones de concentrados. Aurazo consideró clave avanzar en infraestructuras de alta capacidad, nodos de distribución y conexión, para las industrias locales con mercados para exportación.
“Si nosotros sacáramos productos terminados, tendríamos que pensar en una inversión también en la infraestructura”, observó, aclarando que aunque hay algunos esfuerzos como el puerto de Chancay o el nuevo aeropuerto, este sería un gran impedimento de crecimiento en la cadena de valor.
Por lo pronto, siguen avanzando en su compromiso con la sostenibilidad, adaptando por ejemplo los modelos de gestión de residuos. En ese sentido, Aurazo indicó que se está apostando por el relave seco o filtrado como una alternativa que reduce el impacto y libera superficie para plantas de procesamiento moderno: “Va a traer menos espacio para los desechos mineros y mayor espacio para la implementación de plantas más modernas”.
Pero un gran cuello de botella que sigue siendo un obstáculo para las empresas operativas en el mercado peruano serían los tiempos de tramitación para avanzar con nuevos proyectos o modernización de los existentes. “Nuestro mayor problema a la hora de implementar infraestructura y proyectos mineros, es el tiempo”, advirtió.
Según Aurazo, una mejora sustancial podría llegar en 2026 si prosperan los planes de digitalización e inteligencia artificial aplicados a los sistemas de licenciamiento. “Las autoridades están apostando por nuevas tecnologías, por innovación”, afirma, y considera que este cambio, así como el de una mayor incorporación de energías renovables en los procesos productivos, será clave para aumentar la competitividad del sector en los próximos años.
La entrada Más renovables: La minería verde gana terreno en Perú se publicó primero en Energía Estratégica.
0 comments
Write a comment