Este 2025 podría estar marcado por el retorno a la inversión en el sector energético de México. Con la entrada en vigor de ocho leyes secundarias en el primer trimestre del año, se establecieron nuevas reglas de juego para todos los actores del mercado.

Entre ellas, la Ley del Sector Eléctrico (LESE) destaca por su impacto en la contratación de energía, especialmente para los Suministradores de Servicios Básicos, al permitirles adquirir electricidad mediante contratos directos con generadoras o a través del Mercado Eléctrico Mayorista operado por el CENACE.

En este nuevo entorno, compañías como NISA Energy detectan un “optimismo moderado”, pero sustentado, para avanzar en proyectos de generación de gran escala que estuvieron en stand by en el último sexenio, pero fundamentalmente con instalaciones para generación distribuida, autoconsumo y abastos aislado en distintas tecnologías.

La empresa, que ya cuenta con una capacidad instalada por arriba de los tres dígitos, confía en que el marco legal y operativo se irá clarificando para permitir un despliegue más dinámico. Clarifican que es vital las sinergia público privadas para el desarrollo de proyectos emblemáticos que impacten en la confiabilidad del sistema nacional

Un frente de oportunidad lo representa el almacenamiento de energía. Las Disposiciones Administrativas de Carácter General (DACGs) publicadas en septiembre de 2024 establecieron el marco inicial para la integración de baterías al Sistema Eléctrico Nacional.

“Las nuevas disposiciones representan un paso en la dirección correcta, sobre todo para proyectos de autoconsumo y abasto aislado que históricamente han enfrentado trabas normativas”, asegura Salomón Ashkenazi, CEO de NISA Energy.

Sin embargo, según Ashkenazi, “aún hace falta una regulación complementaria que dé certeza técnica y financiera a quienes apuesten por este sector”.

Una de las medidas más esperadas por la industria es la implementación de ventanillas únicas para nuevos proyectos, que de acuerdo con el CEO de NISA Energy podrían destrabar interconexiones en segmentos clave.

Además, el artículo 68 de la LESE contempla mayores alternativas para el consumo propio. Por ejemplo, los usuarios con instalaciones de hasta 0.7 MW estarán exentos de permisos, mientras que los proyectos de entre 0.7 MW y 20 MW destinados al consumo en sitio serán promovidos en polos de desarrollo y parques industriales.

“Eficientar los procesos de tramitología es clave. Si eso se concreta, se pueden habilitar muchos más proyectos que están detenidos solo por cuestiones administrativas”, enfatiza el directivo.

Este escenario de establecimiento del nuevo marco legal y regulatorio se complementa con un renovado interés del gobierno en atraer inversión privada. En la Estrategia Nacional del Sector Eléctrico se prevé adicionar una capacidad de generación importante al 2030, apalancada por hasta 23,000 millones de dólares de inversión.

Pero el potencial real podría ser incluso mayor. “El crecimiento puede ser más agresivo si se impulsan esquemas como el autoconsumo, que ya están ganando tracción gracias a las nuevas reglas”, destaca Ashkenazi.

Con experiencia en distintas etapas de proyectos energéticos y un historial superior a los 100 MW, NISA Energy observa que el panorama mexicano presenta una alineación favorable de política pública, normativa y oportunidades de negocio.

En ese sentido, la empresa considera que la ventana de oportunidad actual es ideal para los distintos jugadores del sector. Desarrolladores, EPCistas, suministradores, inversionistas que busquen posicionarse en un mercado que se reactiva con señales cada vez más claras.

“México está empezando a remover las barreras que por años limitaron el crecimiento del sector eléctrico moderno. Si sigue por este camino, estoy seguro que como país México será el hub regional de energía limpia y eficiente a nivel internacional”, concluye Salomón Ashkenazi.

La entrada México ante un «optimismo moderado» para invertir: NISA Energy se enfoca en infraestructura renovable de nueva generación se publicó primero en Energía Estratégica.