En un contexto donde la generación solar fotovoltaica crece rápidamente en la región, el almacenamiento de energía comienza a posicionarse como un componente estratégico para garantizar la flexibilidad y confiabilidad de los sistemas eléctricos. Sin embargo, los marcos regulatorios de muchos países aún no alcanzan a dimensionar ni remunerar todo el potencial de las baterías.

“Está a media carga la regulación”, afirmó Victoria Sandoval, Senior Sales Manager de Risen Energy.

Durante su participación en Future Energy Summit Central America & The Caribbean (FES Caribe), la referente de este fabricante líder de módulos fotovoltaicos y soluciones de almacenamiento explicó: “No soy la única que lo ha notado: se sigue considerando que la batería solo sirve para brindar un poco de confiabilidad a la red, que empiece a descargar cuando pasa una nube, que es el ejemplo clásico que todo el mundo pone. La cuestión es que la batería no solo puede hacer eso”.

La vocera de Risen destacó funciones como el arranque en negro o regulación de voltaje y frecuencia por grid forming, servicios críticos para la estabilidad de los sistemas, especialmente en escenarios con alta penetración de energías renovables. Pero advirtió que estos servicios siguen sin tener un valor comercial claro en la mayoría de los mercados latinoamericanos.

En el caso de República Dominicana, la situación es particularmente ilustrativa: según cifras de la Comisión Nacional de Energía (CNE), existen 20 proyectos solares con almacenamiento (PV+BESS) que podrían ingresar al Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI) entre 2025 y 2030. Representan unos 1,860 MW de generación y 542 MWh de capacidad de almacenamiento.

“La tecnología avanza mucho más rápido que la burocracia”, señaló Sandoval, quien contempló la necesidad de propiciar una escucha activa entre desarrolladores, reguladores y tecnólogos. “Tiene que haber un esfuerzo conjunto de retroalimentación para hacer que el marco regulatorio genere un mercado de servicios conexos”, agregó.

Desde la perspectiva del fabricante, la contribución a esta transición está en el desarrollo y suministro de tecnología de vanguardia. Risen es una empresa que tiene más de 22 años de experiencia manufacturando productos de altísima calidad. “Nuestra apuesta es 100% por tecnología de punta”, destacó Sandoval. “Somos fabricantes de tecnología HJT, que tiene récord de eficiencia de 24.7%. Nuestro enfoque está en productos de alta densidad, tanto en módulos como en sistemas de almacenamiento”.

Consultada sobre los pedidos que harían al gobierno dominicano para acompañar la meta oficial de duplicar la capacidad renovable al 2028, Sandoval pidió por regulaciones claras y procesos de interconexión simples. Aclaró que si bien los fabricantes de tecnología no son los principales beneficiarios de una buena regulación, sí son aliados fundamentales para garantizar productos que “cumplan con lo que dicen que tienen que cumplir”.

Uno de los desafíos más frecuentes que enfrentan los proyectos PV+BESS en la región es la falta de normativa que contemple todas las aplicaciones del almacenamiento y su hibridación con plantas de generación. Si bien países como México, Guatemala o República Dominicana han avanzado en la publicación de regulaciones específicas para almacenamiento, según Sandoval aún queda mucho camino por andar.

“Hay que desarrollar una nueva regulación a paso acelerado porque la tecnología avanza mucho más rápido que la burocracia”, enfatizó.

Sobre las posibles herramientas para fomentar el despliegue de almacenamiento en República Dominicana, Sandoval abordó la discusión sobre mercados de capacidad, reservas de flexibilidad y subastas.

“Mi opinión acerca de las licitaciones es un poco controversial”, reconoció. Basándose en su experiencia en el mercado mexicano, indicó que los esquemas de subastas públicas fueron muy útiles en una etapa inicial para dinamizar el mercado de renovables, pero que pueden presentar riesgos si no evolucionan.

“Se logró el cometido de iniciar el sistema, pero en algún punto hubo demasiada participación de empresas transnacionales. El gobierno tuvo que frenar porque necesitaba balancear la promoción del empleo local y el desarrollo de empresas nacionales con la búsqueda de menores costos, que no siempre van de la mano”, comentó.

Por ello, propuso un rediseño de los mecanismos de licitación: “El sistema de subastas debería evolucionar y volverse más complejo, hacia un modelo de subastas focalizadas basadas en requerimientos energéticos puntuales”.

En definitiva, Risen insiste en que el almacenamiento no puede seguir viéndose solo como respaldo. Su potencial para aportar servicios críticos a la red ya está disponible desde la tecnología, pero para que se materialice en proyectos reales, los mercados deben acompañar con reglas claras, ágiles y adaptadas a la velocidad del avance tecnológico.

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