La producción de energía eléctrica en la Argentina costó el año pasado u$s 7439 millones (a un promedio de u$s 58,80 por megavatio-hora), de los cuales el 54% fue cubierto por la demanda (hogares, industrias y comercios) y el 46% por el Estado, a través de subsidios.

En 2021, el rebote de la actividad económica y la sequía en Brasil trajeron aparejados mayores importaciones de combustibles (Gas Natural Licuado -GNL-, gasoil y fuel oil), lo que elevará el costo del Sistema Argentino de Interconexión (SADI), mientras que los aumentos de un dígito en las tarifas de luz y gas en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sumarán en la cuenta de los subsidios del Tesoro nacional.